Dos de las más jóvenes atletas de Las Rozas, impacientes e ilusionadas, experimentan por primera vez la emoción de competir en una prueba federada: el 500 metros lisos. Ocurrió en un soleado Alcorcón durante el mes de febrero.

Tras el disparo, Daniela, nerviosa, salió en estampida y se colocó en los primeros puestos. Su competitividad le hizo aguantar los ataques de las demás rivales y, finalmente, llegar a la meta en el segundo puesto.

Elisa, demostrando una educación exquisita, detuvo su carrera nada más salir para permitir que otras chicas pasasen adelante. Cuando reanudó la marcha, ya había perdido unos preciosos metros que no logró recuperar del todo. Aun así, se esforzó durante todo el recorrido sin rendirse en ningún momento. Después, le explicamos que en la competición hay que ser respetuosa con los rivales, pero que no se les debe ceder el paso. «Ah, vale», respondió.

Las dos chicas terminaron felices y ya han repetido la experiencia compitiendo en otras especialidades.
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